viernes, 21 de diciembre de 2012

Un dia antes del fin del mundo


Un día antes del fin del mundo.

Después de una tentativa frustrada de hacer un viaje largo por el rio hoy finalmente tenemos todo listo para ir. Incialmente solo Amid y yo, pero a ultima hora Amid llama a Luna, un local que trabaja como guía de rafting y está aprendiendo a kayakear también.  La idea es hacer un recorrido de unos 35 km desde el puente de sombrerillos hasta el puente de guacacayo en Pitalito, debe tomar unas 5 horas.

Sin mucho afán, el carro con 3 kayaks en el techo está listo a las 10 de la mañana cuando partimos hasta el puente. La logística que tenemos planeada es ir en el carro hasta el puente, dejarlo allí y después en el puente de guacacayo esperar una camioneta que nos lleve hasta Pitalito y después hasta san Agustín. 
El tigre listo para el rio


La información que tenemos es que pasan carros cada 20 minutos hacia Pitalito así que vamos confiados.  
Estamos con todo listo a las 11 de la mañana para salir. Luna hace unas prácticas de roll antes de salir, y según parece lo tiene bien afinado, por lo menos en aguas quietas, porque en los rápidos tuvo que nadar 4 veces.

El día está lindo, cielo azul y el agua fría pero nada insoportable, las chaquetas y el neopreno cumplen su trabajo. Nuestro recorrido inicia por el trecho comercial que ya había reconocido unos días atrás. Comenzamos con los rápidos mas grandes. 

Terminando la Calera

Luna en la Calera

Uno de los tantos huequitos


El obispo que tiene unas olas de unos 2m, lo pasamos sin problema, esta vez conseguí una línea mejor, un poco mas a la izquierda de la que tomé la ultima vez donde me volteó  y conseguí hacer el roll. En la Calera tampoco tenemos problema, hay bastante agua y entramos por la izquierda para después terminar haciendo un ferry a la derecha y evitar un hueco al que no queremos caer esta vez. Vamos aprendiendo a mantener una posición hacia adelante al caer en los huecos, lo que ayuda mucho para mantener la estabilidad. Así vamos pasando uno a uno los rápidos, hasta que Luna cae en un hueco que no parece muy complicado pero lo voltea, y aunque intenta hacer el roll que le había resultado fácil en aguas tranquilas aquí ya no es tan efectivo y tiene que salir del kayak y nadar. Yo estoy mas cerca e intento ayudarlo, pero vamos ya en dirección a un piedra y una pequeña caída de agua. 







El se suelta del kayak y yo me quedo con su remo pasando por la derecha de la piedra. El pasa a la izquierda junto con el kayak y entra al hueco desapareciendo por unos 3 segundos, hasta que sale agarrado al kayak todavía. Afortunadamente Luna conoce bien el rio y se mantiene tranquilo. Amid llega y arrastra el bote hasta un eddy donde nos encontramos y dejamos todo listo para continuar el descenso. Aquí me doy cuenta de la inexorabilidad de la corriente, hay que actuar muy rápido porque invariablemente el río te lleva hacia lugares que a veces no quieres ir, siempre atento y activo.
Rescate completo

Terminamos el recorrido comercial, son unos 11km hasta el puente de versalles, y continuamos por terreno desconocido para mí. Ya llevamos una hora y media navegando y Luna me cuenta de los rápidos que vienen. Hay uno en particular que es el estrechito, un clase IV que según dice tiene su tumbao’.  Hay un rápido con unas olas grandes y Luna se voltea por segunda vez, y tampoco consigue salir, otra vez la rutina del rescate, remador, remo y bote a la orilla. Bebemos un poco de agua y continuamos. En el camino llegan otros ríos al magdalena y uno de ellos de color amarillo que hace que el agua cambie de ahí para abajo con su aporte de sedimentos, también el río va a aumentando su volumen por lo que encontramos algunos rápidos con olas mas grandes que antes.

Águilas pescadoras, patos de agua, garzas, martines pescadores y chulos aparecen volando a nuestro a alrededor y continuando sus caminos así como nosotros. El cielo comienza a tener unas cuantas nubes negras pero la lluvia no viene, de cualquier forma el rio hace lo suyo para mantenernos mojados. Llegando a el estrechito Luna visita otra vez el fondo del rio y aquí el rescate es un poco mas complicado porque estamos muy cerca del rápido mas fuerte de este segundo parte. 

Luna en el agua y el estrechito llegando



Yo recojo el remo y Luna como puede se encarama en unas piedras antes de ser arrastrado por la corriente. El bote sigue su camino y no lo podemos asegurar antes de entrar al rápido. Amid sale al rescate del bote mientras yo me quedo arriba con Luna y el remo y evaluamos la situación. Amid consigue pasar el rápido sin problema y ya tiene el bote asegurado en un Eddy, mientras que Luna y yo vamos bajando caminando el rápido para encontrarnos con él. Ya el cansancio comienza a afectarnos un poco, cualquier cosa que no esté bien regulada en la silla del kayak o en el equipo hace daño o causa una pierna dormida o con calambres.

El estrechito

El rápido que casi se tiene que comer Luna por caerse un poco antes


Seguimos el camino y ya comenzamos a ver que el cañón del río se va  abriendo y aparecen vacas y mas cultivos de café, intercalados con guaduales y cachingos florecidos. Llegamos al puente de guacacayo a las 4 de la tarde, después de 5 horas en el río  Y comenzamos a esperar confiados en que pasen carros cada 20 minutos. Después de dos horas todavía no conseguimos un carro que nos lleve a Pitalito y comenzamos a sopesar las opciones que tenemos en este lugar. Afortunadamente llega la esperada camioneta, pero nos llevamos una sorpresa al ver que está totalmente con bultos de café, sin embargo Amid divisa un espacio donde podríamos amarrar los kayaks, colgados en la parte trasera sobre la tapa del platón. 

Puente Guacacayo

Malabares en moto

Malabares en camioneta

Afortunadamente el conductor acepta llevarnos y amarramos los kayaks lo mejor que podemos. El conductor nos dice que realmente en esa carretera no pasan carros con frecuencia, sin embargo hasta las dos de la tarde si hay un concentración mayor, por lo cual si se sale temprano de San Agustín  fácilmente se conseguiría volver usando este sistema de transporte público, eso si tendría que tener suerte para no encontrar todos los carros llenos hasta el techo y conseguir subir los botes.

El resto del viaje transcurre sin sobresaltos y en San Agustín llegamos, cansados y con el estómago vacío pero con los ojos y la mente llena de ríos y montañas. 

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...